viernes, 26 de febrero de 2010

Sin Tiempo

Hace un par de días me escribía un amigo: “¿recibiste mi e-mail anterior? Sé que estarás muuuy liado… ” Le contesté: “Queridísimo hermanito, he evolucionado; he pasado del nivel liadísimo al nivel ocupadísimo”. No es que no me lo plantee nunca, pero en realidad es cierto que últimamente no tengo tiempo ni para contestarle a los amigos. Ya no los correos, si no los mensajes de texto al móvil que también han pasado a mejor vida (excepción de los urgentes). Lo de felicitar los cumpleaños mejor ni hablamos; por lo menos alguna que otra página “me recuerda” que hoy es el cumpleaños de algún amigo y por ahí me salvo… En una situación normal sería una crítica muy dura mi situación, sobre todo tocamos el tema de no dedicar el tiempo suficiente a atender adecuadamente las comunicaciones con tu gente. No tengo la menor duda, en eso tengo un “necesita mejorar” con agravante y en color rojo. Digo que lo sería en otra situación si la falta de tiempo no implicase una muy buena utilización de él. Es decir, si malgastase el tiempo o simplemente no contestase por apatía. En mi caso es todo lo contrario. Sin querer entrar en muchos más detalles (así evitaremos juicios de valor innecesarios), considero que mi tiempo está exprimido al máximo y además calificándolo de “bien exprimido”. Creo que mis motivaciones, mi empleo del tiempo y mis enredos están más que justificados, provienen de mi opción personal por ellos, no porque el reloj me haya conquistado... de hecho, el mío (mi reloj) sigue marcando 5 horas menos que la hora actual española. Ésta situación me ha hecho recordar y desempolvar, digitalmente hablando, alguna de mis primeras diapositivas nocturnas, cuando aún tenía tiempo para salir de noche en busca de imágenes poco comunes. Os traigo hoy (que hacía ya tiempo que no traía nada por acá) dos fotos: “Sin tiempo” y “Sin tiempo II”. Como puede pasar en los inicios, lo que te mueve en aquel momento, no es lo mismo que sacas en claro cuando ves la situación más adelante. Algo así me pasa con éstas dos fotos; en un principio fueron captadas para representar lo poco que dejamos en nuestro paso por los lugares que transitamos, lo poco que disfrutamos de ellos, lo poquísimo que nos fijamos en sus detalles… Ahora, casi 10 años después y uniendo el sentimiento de dedicar poco tiempo a los tuyos, a tus raíces, me sale otra reflexión: lo poco que cambian las cosas, lo perenne de los lugares donde pasaste gran parte de tu vida, lo eterno de tus recuerdos de entonces y de más allá, aunque a veces solamente permanezcan en tu memoria.


lunes, 28 de diciembre de 2009

Sin poder evitarlo...

Haciendo un poco de "publicidad" de mi otro blog, les invito a leer: "http://mascercadelsol.blogspot.com/2009/12/sin-poder-evitarlo-1de3.html"

Ya me contarán que les ha parecido...

Rafa M. López

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Felicidades... 2009

Sirva este montaje para animarles a que VIVAN la Navidad y se RENUEVEN en la mente y en el Espíritu. No se dejen saturar por el ritmo de las fiestas y sean capaces de encontrarle el sentido. Mis mejores deseos y oraciones para todos!!!! Un abrazo enorme...

martes, 15 de diciembre de 2009

Don Antonio, Don Pedro y Don José

Hacía tiempo que no compartía nada por estos lugares; la excusa más recurrente cuando alguien pregunta el por qué es la típica: “no tengo tiempo”. El otro día me pregunté si la respuesta debía ser: “es que no tengo nada interesante que compartir”. Pues bien, sentía la imperiosa necesidad de compartir la entrada de hoy. Ya lo he hecho en otros lugares, en otros momentos, en vivo y en directo… pero por eso mismo, necesitaba hacerlo, porque lo tenía olvidado.

Escuchando los comentarios de Ismael Serrano en uno de sus conciertos, comentaba que “hay habitantes que te reconcilian con la ciudad en la que habitas”. Creo que también escuché una frase más general y precisa para éste caso: “hay personas que te reconcilian con el mundo”. Tengo la inmensísima suerte de poder decir que conozco a muchas personas que me reconcilian con el mundo en el que vivo, con las situaciones en las que me veo inmerso: personas que son pequeños puntos de luz, la tranquilidad que llega después de la tormenta. Personas muy dañadas por este mundo en el que viven por haber cometido algún error, por no haber tenido gente a su alrededor o porque simplemente se dieron por vencidas en algún momento de su vida. Cansadas de ese daño continuo, de ese dolor sufrido, de que nadie haya confiado en ellas. Súper mujeres y súper hombres capaces de soportar mucho dolor y que decidieron rehacerse, renovarse, reinventarse… ¡renacer! Con la mala suerte de ser demasiado tarde para hacerlo, sobre todo, a los ojos del mundo. Personas que no tienen beneplácito de nadie, que no tienen crédito ni agradecimiento y lo que si se les otorga es una dudosa reputación. Bueno, tal vez si produzcan algo en los demás: pena. Nada más lejos de la realidad.

Mi encuentro con ellos ha sido una grandísima bofetada para mí vida. “Antes de”, me consideraba una persona comprometida y solidaria; “después de” me considero uno más. Gracias a ese encuentro he podido reconciliarme con la sociedad en la que vivo. Ellos han aportado humanidad a mi mundo, me han acercado a éste “norte” del que tanto he renegado. Me han dado esperanza y me he sentido muy apreciado. Me han demostrado con su vida que todo el mundo merece una segunda oportunidad y que todo el mundo necesita ser querido, ser amado aunque alguna vez se haya equivocado.

Con esto no quiero decir que antes de haberlos conocido nadie me había dado esperanza, ni que nunca me había sentido apreciado. Si lo había sentido antes, pero creo que es vital dejarse estremecer, dejarse provocar y sentir esa bofetada. Creo que te hace… ¡renacer!


jueves, 22 de octubre de 2009

Abigail

Muchas veces cuando estás echando fotos, no acabas de acordarte de todas las fotos que has echado o de todas las imágenes que has captado. Después, cuando revelas el negativo, cuando escoges cuál será el que positivarás, te das cuenta y te detienes a observar y recordar a toda la gente que has captado. Pues todo lo contrario pasó con Abigail. El 6 de agosto del 2005 paseaba un tanto acelerado entre la gente de la comunidad de Huertas (Santa Cruz, Bolivia). Era el día de la Fiesta Nacional, el día de la Independencia de Bolivia. Como cualquier otro día en el que mi ánimo me pide agarrar la cámara, me puse a disparar "a todo lo que se meneaba". Pues alguien que se meneó fue la madre de Abigail, que era tan solo un bebé colgado dentro de un aguayo. Recuerdo que la foto "obligada" era la de sacar la instantánea de una mamá boliviana con su hijo dentro del aguayo, hasta que Abigail se movió y mostró su mirada. Deliciosa, inquieta, un tanto "churretosa", pero sobre todo inmensa. Fue después que alguien me dijo: "como siempre aprovechándote de los niños churretosos y sucios para echarle fotos". En absoluto!!! Esa mirada me caló hasta dentro, me inmovilizó. Al igual que hiciese Noelia, Abigail, de la cual ni sabía el nombre en aquel momento, provocó un zarandeo importante. Provocó un torrente de sensaciones. Creo que no es a mí solo... ¿verdad?

Un sentimiento que brota cuando sabes que te vas ha encontrar con amigos de los llevas sin verte mucho tiempo es "¿habrán cambiado mucho?". Suele pasar, por lo menos a mí. Las dos ocasiones que he vuelto a Bolivia después de "mi primera vez", esa fue exactamente una de las preguntas que me invadían en el viaje de ida. Una pregunta que no se queda en el aspecto físico... bueno si, en cierto modo vas preocupado de cómo estarán de salud, pero no es una pregunta que se queda en la expectativa del cambio visual.
Cuando llegas y te vas encontrando con la gente, la respuesta a la pregunta es la típica: "D. Feliciano, por usted no pasa el tiempo" o "¡Qué grande estás por Dios!" si es un niño con el que te encuentras.
Pues no puedo haceros llegar ni un ápice de lo que sentí cuando después de cuatro años me encontré con Abigail...




Rafa M. López

...de panorámica.

Los que me conocen saben que aunque de creencias religiosas fuertes, tengo poco de "capillita"; más bien, como me dijeron hace poco, "cristianito". La cosa es que las edificaciones religiosas no son santo de mi devoción, expresión que viene al dedillo en éste caso. Tampoco soy persona de vivir la Semana Santa de forma muy folklórica que digamos. Aún así, hoy traigo ésta foto por varios motivos: el primero, abrir una especie de apartado de fotografías panorámicas, paisajes o de exterior... el nombre lo dejo a gusto del consumidor. Además, de ésta manera expongo mi primera panorámica. Muy "cutre y salchichera", la tomé con una compácta digital hace 6 o 7 años. Hace 6 o 7 años yo tenía a mi disposición una cámara puntera; una digital y además de 2 megapíxeles!!! Impresionante!! La envidia de todos!! Pues con esa cámara lancé mi primera panorámica montada. Antes había hecho muchísimas pruebas con negativos, montajes de laboratorio y demás historias, pero la única que conservo (no sé por qué) es ésta foto.

En la foto aparece la Ermita del Calvario de Priego de Córdoba. Después, mi gente prieguense se queja de que soy un "descastao", de que no quiero cuentas con ellos, de que estoy todo el día de arriba para abajo, de que no voy, etc. Tienen razón, en parte. No voy, estoy todo el día de arriba para abajo, tengo poco tiempo... pero allá donde voy dejo bien claro que soy de Priego de Córdoba. Pero bueno, esto son reivindicaciones que no vienen al cuento.
Como decía, la foto es de la Ermita del Calvario. Puede que les suene; si ustedes son adictos a Cine de Barrio o a las películas del Canal Sur Andalucía, seguramente habrán visto la película "La Saeta del Ruiseñor", largometraje de Joselito grabado en Priego y en que aparece un cachito de una de las procesiones de la Semana Santa prieguense. En esa escena se ve la subida a la ésta ermita de una de las imágenes. Sinceramente, hay que ser muy friki para reconocer la ermita porque la habéis visto en una peli de Joselito... con todos mis respetos!!!

Rafa M. López


martes, 20 de octubre de 2009

Noelia, el rostro de una deuda

Noelia Quemaya, hija de Doña Tecla y José. Mi "musa particular". Fue portada de la campaña "Bolivia: El Rostro de una Deuda" en mayo del 2006. Es integrante de la exposición itinerante "Mirando al pasado, mimando al futuro".

Noelia tiene ahora alrededor de 11 años. Cuando la conocí tenía alrededor de 5. Llegaba al apoyo escolar por las tardes con su hermana y se sentaba sin hacer apenas ruido. Coloreaba y poco más. Apenas podías sacarle una palabra, pero su mirada expresaba todo. En ella pude sentir cansancio, desilusión... sobre todo conformismo; un conformismo generalizado en la población boliviana en la que vivía. Tal vez reflejo de un pueblo que hasta hace poco, no sentía el ánimo para levantarse y caminar hacia un futuro mejor. Un pueblo maltratado y preso de su historia.

Rafa M. López


lunes, 19 de octubre de 2009

Qué mejor fotografía para empezar que mi primer autorretrato. Un poco antigua y muy utilizada en mis pequeñas publicaciones. Hecha en el año 2004 en la calle de las teterías de Granada y sobre el reflejo de unas gafas de sol. En un principio formó parte del que creo que fue mi primer reportaje completo, "Destellos y reflejos del Albayzín". Más adelante transformado en montaje audiovisual para la exposición "Puntos Convergentes" realizada en Gavá (Barcelona) con dos de mis compañeros de entonces, Manuel Estévez y Manu López (por cierto, la persona que llevaba puestas las gafas de sol).

Si tuviese que ponerle texto a la fotografía, es inevitable recurrir a la frase que más utilizo cada vez que alguien saca una cámara y se pone a disparar por doquier: "¡Si quise hacerme fotógrafo para no tener que salir en las fotos!" ;)

Rafa M. López



Inicio un nuevo “proyecto” personal, si es que a abrir otro blog se le puede llamar proyecto. Animado por algunos amigos y conocidos, retomo un poco el arte de la fotografía. No es que crea que soy un artista, simplemente un rinconcito fotográfico donde exponer mediante imágenes, un prisma distinto del mundo…

Rafa M. López